Tecno con una chispa de
rock
En Ultra, los Depeche Mode le agregan cierta
potencia rockera a su tradicional sonido
electrónico. Y siguen brillando con sus
delicadas melodías.
En momentos en que el rock coquetea con la
electrónica, la reaparición de Depeche Mode
no puede ser más oportuna. Viejos guerreros
del sintetizador y amigos de la tranquila
desesperación británica, el grupo que dirige
Martin Gore saca provecho de la coyuntura
del mercado musical con un trabajo que no se
aparta del estilo tradicional de la banda.
Ya lo dijo Ian Anderson: "Espera lo
suficiente y volverás a ponerte de moda".
Depeche Mode
retorna a sus mejores formas con la
producción de Tim Simenon, un DJ devenido
músico que supo extraer nuevas chispas de la
vieja hoguera que, pese al tiempo
transcurrido (el grupo nacido en 1980),
continúa brindando estupendas y melancólicas
canciones como la inquietante 'Barrel Of a
Gun', o la dulce 'Sister Of Night'. La voz
de Dave Gahan parece haber quedado incólume
tras el terremoto que asoló su vida personal
en los últimos años, e incluso parece
contagiarse de saludables rockerismos que
aparecen sazonando el disco.
Depeche Mode es , a estas alturas, como un
viejo árbol que resiste a las tormentas y se
niega a abandonar la tierra. 'Ultra' se
sostiene en un delicado equilibrio que
agrupa a las virtudes históricas que
hicieron de los Mode un icono de los 80, y
la música parece afrontar decentemente a los
tórridos y cambiantes 90. Los avances de la
corriente electrónica en el terreno del rock
no hacen más que poner de relieve una de las
grandes virtudes de Depeche Mode: siempre
hicieron buenas canciones. Este disco
confirma aquel atributo con elegancia y
oficio.
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