Transcripción |
Andrew
Fletcher, de Depeche Mode: "No éramos una
banda ambiciosa como U2"
El músico de la banda británica, que en
marzo regresa a la Argentina, opina sobre el
contenido político de su nuevo álbum, "Spirit",
y sobre el negocio de la música, y revela la
fórmula del grupo para seguir unido.
Andy Fletcher (56) es el único miembro de la
banda británica Depeche Mode que sigue
viviendo en Inglaterra; en Londres para ser
más precisos. Martin Gore reside en Santa
Bárbara, una exclusiva ciudad balnearia a
dos horas de Los Angeles, y Dave Gahan lo
hace en Nueva York.
Vestido de negro, tal cual sube al
escenario, Fletcher le comenta a Clarín que
le sigue sorprendiendo ver en Los Angeles a
tanta gente con ropas oscuras y evitando el
sol, cuando muchos suponen que la ciudad
fomenta el estilo de vida playero
californiano al estilo de los Beach Boys.
Para el momento de la entrevista, unos meses
atrás, ya se sabía que este mes iban a
realizar la inédita proeza de hacer cuatro
shows en el Hollywood Bowl. Quizás esto les
sume votos, cuando en diciembre se decida si
van a entrar el año que viene al Rock and
Roll Hall of Fame, donde están nominados
junto a Bon Jovi y Radiohead.
“Tenemos una relación espléndida con esta
ciudad. Han estado con nosotros desde que
empezamos a venir y tocábamos en lugares
pequeños”, reconoce Andy.
En otra habitación del Hotel Four Seasons,
Dave Gahan le dice al semanario local que se
quedó con buenos recuerdos de cuando vivió
en la ciudad, en el período en el que estuvo
casado con la publicista de la banda, por
1989. De cómo iba todo el tiempo a ver
bandas como Jane’s Addiction y Guns N’
Roses. El clima rockero lo llevó a excesos y
por eso decidió mudarse. Gahan lleva ahora
dos décadas sobrio; y uno puede imaginar en
Andy al amigo que se va a quedar esperando
que se te pase la resaca para seguir
haciendo cosas juntos.
Fletcher fue el fundador de la banda, por
haber sido compañero de colegio primero de
Vince Clark y luego de Martin Gore. Fletcher
y Clarke empezaron a los 16 con una banda
que llamaron No Romance in China, con la que
querían parecerse a The Cure. En el '80
armaron Depeche Mode con Martin Gore y Dave
Gahan. Clarke se iría al año y terminaría
fundando Erasure.
Dice Andy que no se ven mucho con Vince, que
quizás este año se choquen en algún lado.
Ambos están de gira con sus bandas, siempre
ocupados. Pero no hay mala onda, asegura.
Le encanta ir a Buenos Aires, solo como DJ o
con la banda, como lo hará en marzo, en el
marco del Global Spirit Tour, donde están
presentando su último álbum, Spirit, que
tiene al menos cuatro canciones (escritas
por Martin Gore) bastante politizadas, en
las que parecen estar llamando a la acción.
Algo que Andy disputa.
-35 años, 14 álbums, cuatro Hollywood
Bowls. ¿Ese era el futuro que imaginaban en
los inicios?
-No éramos una banda muy ambiciosa. No
éramos como U2, que quería ser la banda más
grande del mundo. A nosotros no nos pasaba
eso. Trabajamos duro. Estoy muy orgulloso de
que hayan transcurrido 37 años y todavía
seamos populares. Sacamos un buen disco,
estamos de gira... Es un sueño hecho
realidad.
-Hablando de U2 , el tono político de
algunas canciones de "Spirit", es algo que
uno hubiera esperado más de Bono que de
Depeche Mode.
-No estoy seguro de eso. Creo que siempre
escribimos canciones políticas, sólo que
usamos analogías sexuales o religiosas para
hablar de esos temas importantes. Lo que
pasó acá es que cuando Martin escribió estas
canciones, hace más de dos años, estaba muy
enojado con el mundo. Y ahora todo está peor
(se ríe).
-Dice Dave que su hija Rose lloró cuando
ganó Trump. ¿Te pasó algo así con tus hijos?
-Viviendo en Londres, nosotros tuvimos
nuestra propia crisis: el Brexit. Un masivo
cambio constitucional. Debería haber sido
una votación 70 a 30 o 60 a 40 para cambiar
algo tan grande, pero ahora tenemos una
situación donde el 50 por ciento de la
población quiere quedarse en la Unión
Europea y la otra mitad quiere irse. Es de
locos.
-En uno de los temas nuevos ("Poorman")
hablan contra las corporaciones, pero
algunos críticos dicen que ustedes también
son una corporación. ¿Qué contestan a eso?
-Creo que estamos hablando de grandes
corporaciones, como Apple y todo eso, que no
pagan impuestos. Para hacer negocios en este
país tenés que tener una corporación, aunque
sean dos personas.
-¿Y dónde está la revolución?
-Eso nos preguntamos (ríe). Nuestras letras
son sardónicas. No es que literalmente
estamos llamando a que se suban al tren, y
que esperamos que se suban.
-Supiste ser manager de la banda, ¿Cómo
ves el negocio de la música hoy?
-No muy bien. Se le hace muy difícil hacer
dinero a las bandas jóvenes. Las compañías
discográficas no te apoyan, y lo que ganan
esas compañías es muy poco, porque no se
venden discos. Promover tu música en las
redes o en You Tube está bueno para
promocionarla, pero no va a hacer que dejes
tu trabajo diario.
-¿En qué estado encontrás a la música
electrónica?
-Hay mucha buena y alguna mala, como en toda
música.
Para ser el miembro que es considerado el
“vocero oficial” de la banda, Fletcher habla
poco. Cuenta que para el último disco ("Spirit
es un nombre fuerte, tiene mucha energía”
dice del título) conocieron a un productor
que los enamoró con su sonido, y que además
es multi instrumentista, James Ford; y que
llegaron al estudio con las canciones ya
escritas por Gore o Gahan por separado. Que
ahí es donde empiezan a trabajar en equipo.
“Eso es lo que hacemos en las bandas
electrónicas; no tenemos roles fijos, todos
ayudamos a armar ese sonido”
-Se dice que, siendo un trío, te ha
tocado desempatar varias veces.
-En Depeche Mode somos una democracia. Si
alguno se pone muy inflexible terminamos
diciéndole: "OK". No tenemos dramas.
-¿Cuál es el secreto para haber llegado
tan lejos juntos?
-Desde hace 20 años trabajamos en ciclos que
tienen cuatro años. Hacemos un álbum, lo
promovemos, salimos de gira y luego nos
tomamos una pausa de un año y medio, donde
podemos hacer nuestros proyectos paralelos.
Yo salgo de gira como DJ, por ejemplo. Y nos
dedicamos a nuestras familias.
-Has ido a la Argentina como solista y
con la banda. Ahora vuelven en marzo. ¿Cuál
es tu experiencia con Buenos Aires?
-Cuando voy como DJ puedo apreciarla más. Es
una de mis ciudades favoritas.
Depeche Mode
en el Hollywood Bowl
Entre la gloria del pasado y la vigencia
del presente
Tras cubrir el territorio norteamericano y
Europa, el Global Spirit Tour llegará al
estadio Único de La Plata el 24 de marzo de
2018, después de pasar por la ciudad de
México, Bogotá, Lima y Santiago de Chile.
La escala de esta gira mundial en Los
Angeles, donde tienen muchísimos fieles
seguidores, pasará a la historia porque
Depeche Mode se acaba de convertir en la
primera banda en hacer cuatro shows
consecutivos (todos con localidades
agotadas) en el famoso Hollywood Bowl.
El tradicional escenario de shows
veraniegos, con capacidad para 17.000
espectadores, despidió en septiembre a Tom
Petty, quien hizo tres recitales
inolvidables una semana antes de su muerte
repentina.
En las algunas de las noches en las que tocó
Depeche, lamentablemente no en la tercera
que es a la que accedió Clarín, Gaham
homenajeó a otro caído, David Bowie, con una
dulce versión de Heroes, que quizás repita
en Argentina.
El hit Everything Counts, de 1983, es de los
más viejos que claramente disfrutan tocar,
como ocurre con Black Celebration. En la
onda nostalgia, la primera despedida se
produce con el tema central del disco que
hace 30 años los estableció en Inglaterra y
los convirtió en novedad en USA: Never Let
Me Down, de Music For The Masses (1987).
En el inicio, mientras Gahan le da un tono
dramático al nuevo Going Backwards, desde
las pantallas, el fotógrafo y director Anton
Corbijn propone una suerte de homenaje a
Jackson Pollock y Andy Warhol.
La banda sacrifica algunos de los tantos
hits que podrían seguir tocando porque
prefieren darle lugar a los temas del álbum
que están promoviendo, Spirit. Entre ellos,
Where’s the revolution, que inaugura una
estética con cosas de The Wall.
Se agregan a la lista las principales
canciones de los discos Violator (1990),
Songs of Faith and Devotion (1993) y Ultra
(1997). El público, que no es del todo joven
ni es del todo viejo, disfruta con lo que ha
ido a escuchar y sabe de memoria.
Personal Jesus es el inamovible cierre de la
noche, como en toda la gira. La gente queda
tan arriba tras la descarga final de
adrenalina de Dave Gahan, que por un largo
rato se queda esperando en vano un nuevo
regreso. Dice Fletcher que, aunque en el
escenario parezca que se está comiendo al
mundo (fiel discípulo de Jagger, a quien
imitaba de chico), Gahan siempre está
nervioso antes de salir a escena.
La gente responde a todo lo que el cantante
propone, ya sea cuando se contorsiona en la
pasarela o se mete entre el público y posa
épicamente para las fotos de sus enamorados
fans. Pero ese amor incondicional no es
menor cuando es el guitarrista y principal
compositor, Martin Gore (ojos delineados y
uñas pintadas de negro), el que toma el
micrófono y canta dos clásicos de Ultra (Insight
y Home) y la vieja Shake The Disease.
Entonces, el peso de los egos parece quedar
perfectamente balanceado en escena. El dúo
tiene sus momentos, y los cuida y respeta.
Desde lo alto de su tarima, el tecladista
Andy Fletcher no pide protagonismo, pero
también lo tiene. Todos ahí saben que hace
37 años que equilibra y colorea las melodías
(y los humores) de una banda que sigue
vigente.
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