Transcripción |
Las notorias fallas
técnicas opacaron la presencia de Depeche
Mode en La Plata
La banda británica pasó por nuestra ciudad y
no pudo brindar el mejor espectáculo. Fuerte
repudio de los fans
Depeche Mode pasó por tercera vez por
Argentina dejando tras de sí la impecable
performance de un grupo de tecno pop que
hace gala de todos los gajes del rock para
rescatar una noche de fallas técnicas y
producción que molestaron al publico.
En principio, más allá de las distancias que
el publico porteño debe recorrer, el Estadio
Único de La Plata es un lugar ideal para un
concierto de masas: grandes y cómodos
accesos que permiten un tránsito rápido sin
los previsibles tumultos que una multitud de
45.000 personas puede ocasionar.
Lamentablemente, cuando la banda pisó el
escenario y ya promediaba el segundo tema, "It's
No Good", se presagiaba que la noche no
sería perfecta. Luego de entrar con "Going
Backwards" con imágenes de pinceladas
multicolores, las pantallas gigantes de los
laterales del escenario se apagaron.
Las imágenes de lo que sucedía en el
escenario volvieron en el tercer tema y
desaparecieron para regresar recién a la
hora de show en "Where's the Revolution", el
corte difusión del último disco. Allí se
volvieron a apagar para ya nunca más volver,
hasta una vez terminado el recital y con las
indicaciones de salida, lo que desató la
silbatina y y el enojo de los 45.000
presentes, muchos de los cuales también se
expresaron en las redes sociales.
Aunque no sólo la visual fue un problema
constante en un recital de estadio en pleno
Siglo 21, sino que la calidad del sonido fue
y vino al ritmo del viento y de las nubes
que amenazaban con llevarse todo desde el
firmamento (algo raro, teniendo en cuenta
que el jefe de sonido de los británicos es
Anthony King, el mismo que trabaja con el
obsesivo Trent Reznor de Nine Inch Nails).
La falencias técnicas, una vez más,
obligaban a los músicos a pelar más de la
cuenta y a convertirlos en una verdadera
aplanadora de rock, tanto en actitud como en
respeto al público.
Gahan no sólo baila e hipnotiza desde el
escenario; su oscura voz se adueña del
ambiente con una afinación y color
sobresalientes. A Gore se lo vio contento,
estirando los brazos al público y abrazando
cada vez que podía a sus compañeros.
Ya iba una hora cuarenta de recital y los
músicos saludaron. Varias personas se
retiraban de sus lugares y comenzaban a irse
del Estadio. Con el tiempo transcurrido y
las canciones tocadas, nada hacía pensar que
quedaban 25 minutos más de fiesta. Vale
aclarar que quienes pagaron $3200 por las
plateas laterales Norte nunca supieron si el
teclado lo tocaba Gordeno o Fletcher, debido
a que desde esa ubicación era imposible ver
algún paso de baile de Gahan.
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